Debe de estar muy de moda, porque de un tiempo a esta parte
veo las composiciones de cuadros en todas partes. Blogs, revistas de
decoración… Si bien creí en un principio que era una cosa de ABM, no tardaría
en comprobar que sus ejemplos (aquí y aquí) son unos de tantos (y muy
originales, por cierto, ya que a menudo son las bloggeras las que enmarcan sus
propias creaciones en acrílico) de los que se pueden encontrar en la red.
Este humilde tutorial mío no es ni siquiera tutorial, ya que
la realización apenas tiene complicación y no merece una gran explicación. Diría
que basta con colocar en una superficie plana el conjunto de marcos para ver
qué composición nos gusta más, extrapolarlo con papeles a la pared y, después,
hacer los agujeros para colgar los marcos. Sí que querría hablar de un gran
invento para colgar cuadros sin necesidad de taladrar: el cuelga cuadros de
Fischer. Hay muchos otros métodos, pero este es el primero que he probado y no
lo cambiaría por nada.
No obstante, sí creo importante remarcar dos factores que en
mi caso han sido muy importantes a la hora de preparar la composición:
--- Los marcos. Para mi gusto, mejor distintos que
iguales, tanto en colores como materiales y acabados. Por otro lado, la
disposición de los mismos que, en mi caso, va siguiendo diferentes líneas (unos
se agrupan según la línea superior, otros según una línea lateral… parecen
descolocados pero no lo están).
--- Las imágenes. Varias imágenes y fondos han ido
rotando en mi composición hasta que la he considerado terminada. Postales,
dibujos, fotografías; ¡cualquier cosa vale! Aquí también considero que en la heterogeneidad
está el gusto. Me he decantado por un dibujo que hice yo misma a lápices de
colores sobre cartulina negra, de una figura de mujer; una postal que compré en
el Museo Reina Sofía también de una mujer; dos fotografías en sepia de mis
Blythe; una postal de una gata que compré en Londres; una postal de una niña
bastante enigmática que compré en Caixa Forum de Madrid; una impresión de aves
australianas (después citaré la web de la que la saqué); y una frase positiva
sobre un fondo geométrico. Los colores son más bien tierra y, en diagonal,
también se establece una cierta relación en los temas: las Blythe por un lado,
los animales por otro, los dibujos, las mujeres…
Creo que, en definitiva, se trata de encontrar imágenes de nuestro gusto, ya sea por su estética, porque nos traen recuerdos o por
cualquier otro motivo. Y dejar que la composición fluya y cambiarla las veces
que sea necesaria, hasta que veamos el conjunto armonioso. Quizá pueda parecer,
en mi caso, que la frase positiva no va demasiado con el resto, pero es algo
que necesitaba y que dentro del salón (de forma más global) tiene su lógica.
Sobre de dónde conseguir imágenes si es que uno no es un
coleccionista de postales curiosas (yo me considero una), si no se tienen
fotografías chulas (¡seguro que sí!) u otros recuerdos (¿por qué no una entrada
de un concierto? ¿o unas flores desecadas?), siempre se podrá acudir a
internet.
Mis aves australianas salieron de esta página web y en esta
otra encontré también bastante inspiración. Se trata de imágenes gratuitas que
se pueden descargar para su uso privado y no comercial. Las hay de todo tipo y
muy inspiradoras.
Si no, se me ocurren también papeles de regalo, washi tape o
telas de Ikea (ellos mismos lo hacen en su tienda).
Tampoco es mala idea utilizar este tipo de
composiciones en habitaciones infantiles, ¿verdad? Además, se les puede hacer
partícipes dejándoles pintar, recortando con ellos, etc.
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