jueves, 27 de enero de 2022

"La sociedad literaria y del pastel de piel de patata de Guernsey" y otra delicia

Cada vez que retomo este blog me maravilla el siquiera acordarme de él, ya que cada vez el intervalo entre entradas (o entre la última entrada publicada y la enésima vez que lo retomo) va haciéndose más y más grande. Sea como fuere, poco importa. Quizá quede relegado a un espacio extra para mi perezosa memoria, que se empeña en borrar títulos, autores e incluso argumentos de mi cerebro. Alguna vez soy capaz de recordar una línea argumental, un abstracto detalle, pero no puedo recomendar una obra dado que no puedo acordarme de los detalles que posibilitarían al otro encontrarla en una tienda o en una biblioteca.
Además, esta pandemia a la que me niego a dedicar una entrada ha arrasado con mi capacidad de concentración. El metro, mi lugar preferido para leer y posteriormente para dibujar, ha desaparecido de mi rutina. Y mientras el dibujo ha supuesto para mí una actividad más valiosa que el sobrepublicitado mindfulness, la lectura no ha encontrado su hueco en mi nuevo caos diario.
No obstante, a finales de 2021 mi hermana me prestó la novela epistolar "La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey", fui capaz de terminarlo y después me lancé a la biblioteca ávida de nuevas obras que alimentaran mi mente, mi imaginación, que me devolviesen el vocabulario que antes encontraba en mis recovecos intracraneales sin mayor dificultad. Para mi alegría, elegí "El beso del ángel", que ha sido un grato descubrimiento.

"La sociedad literaria y del pastel de piel de patata de Guernsey", de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows

Lo primero que me sorprendió de esta obra fue descubrir semejante delicia en el género epistolar. No es un género que haya visitado a menudo, pero lo poco que he conocido me ha parecido tremendamente tedioso. Sin embargo, las cartas aquí se suceden de forma ágil y se convierten en diálogo y descripción al mismo tiempo. Son la forma ingeniosa en que se nos presentan los personajes, a sí mismos o a terceros, ya que aunque hay una protagonista no hay un narrador, y el lector se crea su propia imagen de lo que lee a través de la vista de un enjambre de personajes deliciosamente encantadores y disparatados.

Juliet Ashton es una joven moderna, alocada, adelantada para su época y que se sale de los cánones que se esperan de una señorita. Algo relativamente habitual en las novelas, más aún si la protagonista se dedica a escribir. Pero lo que realmente me fascinó fue su ubicación en un tiempo y lugar de posguerra, tras la Segunda Guerra Mundial. Para Juliet el mundo es gris pero no deja de ser el escenario para enamorarse de un vestido nuevo, para buscar la forma ideal de acomodarse su cabellera rebelde y rizada o utilizar un pintalabios. Y es que el dilema del consumismo se presenta incluso cuando tus adquisiciones dependen de una cartilla de racionamiento. ¿Y qué decir de la soltura de Shaffer para introducir en cada carta de Juliet un toque de incorrección, de descaro o incluso de comportamiento infantil? Las cartas de Juliet son exquisitas.

No me gustaría hablar mucho sobre el argumento, ya que quien lea esta novela podrá pensar que el hilo conductor es uno u otro y yo saco mi propia lectura. Pero lo cierto es que de la idea inicial de Shaffer de escribir una novela en torno a la isla de Guernsey, que visitó tan solo durante unas horas y en condiciones bastante adversas, pudo surgir como una pequeña luz que guió su mano y que tras un arduo trabajo de investigación llegó a resultar en una novela de enrevesadas relaciones sociales, cargadas de sentimientos y de personajes llevando sus pesadas "mochilas" a la espalda. Porque una guerra no puede dejar a nadie indiferente.

Sin duda, el trabajo de Annie Barrows ayudando a su tía, ya impedida en sus últimos días para escribir, a corregir y finalizar la novela es encomiable. Pero el final de la obra, las dos últimas cartas, el cambio del género epistolar al diario, cojea un poco. Creo en cualquier caso que se puede perdonar, ya que de otro modo quizá esta preciosa obra no habría visto nunca la luz.

"Chocheando y refunfuñando, vagaré por las calles con unos nabos patéticos en una bolsa de redecilla y papeles de periódico dentro de los zapatos. Tú me enviarás afectuosas felicitaciones de Navidad (¿verdad?), y presumiré ante los desconocidos de que en cierta ocasión etuve a punto de comprometerme con Markham Reynolds, el magnate editorial. Ellos negarán con la cabeza, como diciendo: pobrecilla, está como una cabra pero es inofensiva."

"(...) daba pena ver a aquellos soldados robando en los huertos, llamando a la puerta de las casas para que les dieran las sobras. Un día vi a uno atrapar un gato y golpearle la cabeza contra un muro. Acto seguido echó a correr escondiéndose el animal en la guerrera. Lo seguía hasta que llegó a un prado. Allí lo despellejó, lo coció en un cazo y se lo comió. Fue muy triste ver aquello. Medio asco, pero a pesar de las náuseas pensé: Ahí está el Tercer Reich de Hitler, saliendo a cenar."

"El beso del ángel", de Irene Gracia

No soy una persona especialmente interesada en las historias bíblicas sobre dios, los ángeles o los demonios. Pero al leer en la contraportada la palabra dioses, en plural, cerca de la palabra ángeles, esta novela picó mi curiosidad. Y, muy acertadamente, me la llevé a casa.
Alguien vino un día de visita y ojeó las primeras páginas, a lo que me dijo: "Este libro es muy raro". Yo aún no lo había empezado y, sabiendo al visitante amante de las historias bíblicas y de la iglesia en general, me picó aún más la curiosidad.

La primera historia se ubica en Delfos, en el templo de Apolo, y trata sobre la vida alrededor del oráculo, la vida de sacerdotes y pitonisas. Y la historia se centra en una de esas pitonisas, en su origen, en su vida adivinando el futuro... salvo por el suyo propio, trágica historia, que no quiso entrever cegada por el amor.

Esta historia y todas las demás parten de la premisa de la existencia de los ángeles y de la mortalidad de los dioses. Bebe de toda la tradición mediterránea primero politeísta y después monoteísta, mezclando una y otra junto con saltos en el tiempo a la hora de narrar la historia de Apolina, la de Ledo y después la de Dionisio.

Con gran pesar llegué a la cuarta parte, dedicada a los ángeles dionisíacos, no solo porque presentía cerca el final del libro sino porque desgraciadamente el trabajo de corrección de la misma es bastante pobre. Hay faltas de ortografía y otros verdaderos "despistes" (si es que se puede ser tan amable con estos fallos). No sé si en ediciones posteriores esto se ha corregido, espero que sí.

Aún así, destaco sin duda el nivel de Irene Gracia a la hora de hacer descripciones descarnadas, desgarradoras, crudas. Pero nada tienen que ver con violencia o desagrado, sino más bien con mostrar la naturaleza tal como es, sin rodeos, cargada de adjetivos pero adjetivos de lo cotidiano que al mismo tiempo están llenos de fuerza y profundidad. Cada página es una delicia del sentir, de un abrumador lirismo.

"Me conocen como la abrasadora, porque mi mente quema tanto como mi piel, pero soy Apolina, y sobreviví a la demencia de mi madre, que ya estaba loca cuando me parió."

"Es la Luna la que esta noche habla a través de mi boca, no el Sol de Apolo, no; es la Luna roja de Artemisa la que ahora te dice que te alejes de mí y de mi sombra, porque hasta mi sombra quema; es la Luna que protege a las madres y a las vírgenes la que te aconseja que vuelvas a tu casa y te olvides de Delfos. Aquí solo te aguarda la aniquilación. Vete, corre, vuela, hermosísimo mortal, y no mires atrás a partir de ahora."
"Danzad, cielos, danzad."
¿Danzad, danzad, malditos?

viernes, 1 de junio de 2018

Técnicas de chalk paint

Han sido ya varias pruebas porque, aunque creía que habían sido sólo un par de cosillas, me he dado cuenta de que he hecho ya varios trabajos con la chalk paint de Annie Sloan:

- Un sinfonier azul para mi dormitorio. Comprado a través de lo que era Segundamano a una señora ya mayor cuya tía (mucho mayor aún) había fallecido y tenía que vaciar el piso. Una preciosidad que no llega a ser antigüedad pero es un mueble a medida, hecho a mano por un carpintero y con mucha solera.
- Unas mesillas azules (sólo el armazón, los cajones los he dejado en gris) a juego para mi dormitorio. Compradas en un chino, de madera sin tratar, tan sólo tuve que lijar un poco para quitar astillas y el agarre de la pintura fue óptimo.
- Un espejo azul para colocar sobre el sinfonier. Encontré abandonado en la calle un espejo de esos que de viejos tienen "aspecto envejecido" en el cristal. Vamos, lo que uno paga por hacer "que parezca que", pero ya así por el paso del tiempo y totalmente regalado.
- Una mecedora blanca para el dormitorio de mi hija mayor. Comprada en una tienda de segunda mano por una miseria, fue un propósito bastante duro al que el tiempo no ha hecho justicia (niñas que pisan la madera que se balancea, deditos que arrancan las pegatinas, rodillas que se clavan en la endeble rejilla...).
- Unos adornos en una caja para juguetes. La Flisat de Ikea, que trabajé con la técnica del estarcido (muy interesante) pero que ha dado un resultado bastante malo porque decidí mezclar la chalk paint blanca con un poco de acrílico verde para cambiar el color. Definitivamente, NO.

Después de haber descubierto que esto es un vicio y que lo que yo hago no es nada en comparación con lo que se puede hacer, decidí apuntarme a un taller de Arribas Decoración para aprender más técnicas. ¡Esta pintura da mucho juego!
Ni qué decir tiene que poder acudir a un taller en persona es lo ideal, porque no es lo mismo leer un tutorial o incluso verlo en youtube que hacerlo in situ y que te puedan corregir o aconsejar.
Además, el taller al que asistí fue muy agradable. Éramos cuatro "aprendizas" y la profesora, la dueña de la tienda - taller, así que la atención era muy cercana y todas podíamos probar todas las técnicas. En otros sitios, unos prueban y otros miran, o todos prueban pero el profesor no puede ver el trabajo que están haciendo. Además, la charla era muy amena: cada una con sus ideas, sus preguntas, sus proyectos. Una mañana estupenda.

De allí saqué varias conclusiones que resumo a continuación para no olvidarlas (¡¡estoy deseando ponerlas todas en práctica!!).

1. Antes de pintar un mueble, es muy importante que esté limpio. Se puede lavar con agua, amoniaco y jabón. Es muy importante quitar la grasa (incluso los productos para limpiar madera llevan grasa). El lijado no es necesario y puede llegar a ser contraproducente. Por ejemplo, podríamos estar quitando un barniz a una madera que "suda" y al dejarla de nuevo a la vista acabe manchando y tiñendo la pintura. En este caso, lo ideal es dar una cama de goma laca a todo el mueble para sellar y repintar (o, directamente, jugar con el color de la mancha y elegir un tono que le vaya: si tira a marrón, elegir un tostado, no un rosa o un amarillo).
2. Técnica de decapado. Habrá que dar dos manos de pintura: primero un color y luego otro. La segunda capa puede no cubrir totalmente la primera (técnica del pincel seco). O, si utilizamos la segunda capa para cubrir, después se lijaría. Según lo que he visto, en la primera técnica predomina el color de la primera capa y en la segunda el de la segunda. Además, el lijado permite trabajar unas zonas más que otras. Si se quiere un decapado "agresivo", con la pintura un poco húmeda se puede utilizar una espátula para arrancar parte.
3. Aplicación de la cera. La cera clara hay que echarla siempre para proteger la pintura (con la excepción de los muebles que vayan a estar en el exterior, en cuyo caso se aplicará una capa extra de pintura y ninguna de cera). Si se quiere, encima se puede echar cera oscura (marrón o negra), cera blanca o cera clara teñida con un poco de pintura. Estas otras ceras se pueden "limpiar" utilizando de nuevo la cera clara, para sacarla de unas zonas y dejarla incrustada en otras, creando efecto envejecido o wabi sabi.
4. Creando grietas y rotos. Para crear grietas se necesitará calor: se puede aplicar un secador de pelo, con cuidado de no empezar demasiado cerca de la pintura y abrir "boquetes". Para crear rotos se puede, con la pintura algo húmeda, pegar un trozo de celo o cinta de carrocero y tirar. Como ya he mencionado antes, también se podría utilizar una espátula. Para, de nuevo, un efecto más "agresivo", sobre la pintura semi húmeda, que habrá sido aplicada con generosidad (incluso formando "charcos"), se puede pasar la brocha con más pintura para que quede un efecto de desgaste, tipo industrial.
5. Efecto lavado. Sólo puede aplicarse esta técnica sobre madera virgen o lijada (sin barnices). Se da una capa un poquito aguada y, antes de que se seque del todo, se pasa una toallita húmeda y "se lava", de modo que se redescubren las vetas de la madera.
6. Técnica del pincel seco. Habría que coger poca pintura y descargar el pincel sobre papel absorbente (como el de cocina) y después ya pintar sobre la madera. Si hay demasiada pintura o agua, la pintura cubre demasiado. Se darán brochazos largos sin presionar demasiado.
7. Pintar tela. Para pintar tela, hay que diluir la pintura en agua y se utiliza como si realmente fuese un tinte. Una mano gruesa o una pintura espesa acabarían rompiéndose al utilizar la silla.


Ahora tengo la impresión de saber tantas técnicas que, lo que en principio era un proyecto sencillo y claro (porque ya hay un mueble esperando en el trastero), se me está complicando. ¿Qué hacer? ¿Qué técnica? ¿Con qué colores? ¿Y si mezclo? ¿Y si utilizo otra cosa que se me está pasando por la cabeza?

miércoles, 23 de mayo de 2018

Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar

Después de más de año y medio sin leer, cuando por fin las rutinas de sueño en casa parecen bastante establecidas, retomo la lectura con una magnífica novela.

En su día cogí este libro en la biblioteca, ¡oh, ilusa de mí!, convencida de que al volver a utilizar el metro podría volver a enfrascarme en la lectura. Pero las pocas horas de descanso y su pésima calidad no me permitían ningún tipo de concentración.

Y había sido tal la atracción por el título de este libro (escogido una vez más al azar de entre los que la biblioteca saca al hall) que lo anoté y volvería después sobre él.

Un magnífico descubrimiento Antonio Lobo Antúnes.
Al comenzar a leerlo, exclamar en alto: "¿Qué tienen los portugueses con alterar las normas de puntuación?" Sin duda, mis primeros pensamientos fueron para Saramago. Aunque enseguida se da uno cuenta de que sus estilos son muy diferentes.

En "Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar", Antúnes nos retrata la vida y muerte de una pequeña "saga" familiar. No son los "Cien años de soledad" y sus generaciones", pero hay algo en el ambiente y en las múltiples voces del libro que nos hace rememorar esta novela.

El estilo de Antúnes es eminentemente lírico. La narración se construye de capítulo en capítulo, como formando capas que se van superponiendo unas sobre otras y dan sentido a la historia. Las repeticiones, las frases hechas que se repiten a lo largo de toda la novela (incluida la que da título a la obra), las imágenes reiterativas (las gotas de lluvia en el rosal, la nariz de los Marques, las ranas...); todo ello crea un ritmo cadencioso que nos acompaña a lo largo de las páginas, sin alteraciones ni estruendos.
No hay, como tal, una historia que deba ser contada ni unos secretos que nos vayan a ser revelados. Se intuyen tramas, aventuras, romances... pero muchos quedan al buen entendimiento del lector. Si Antúnes sabe la respuesta, no siempre quiere desvelarla. Es un final abierto constante.

La historia transcurre en el día en que la madre de una familia ganadera acomodada pero en plena decadencia está a punto de morir. Este escenario, como he visto ya en varias novelas que he leído, es el telón de fondo perfecto para dar un repaso a una historia familiar llena de sombras, penas, ingenuidades y rencores.
Ocurre así en "Los infinitos" y también en "Lejos de Ghana".
Pero la historia de "Qué caballos son aquellos que hacen sombra en el mar" trascurre precisamente sin ninguna narrativa definida, sin un "introducción, nudo y desenlace", sin ningún plan aparente.
Pero, precisamente por la narrativa de frases entrecortadas, textos a medias en los que unos personajes interrumpen a otros y en la que abunda la metaliteratura) es por lo que sabemos que la urdimbre de la novela tiene mucho trabajo. Sino, esas frases inconexas no tendrían sentido y el lector estaría totalmente perdido. De hecho, la lectura del primer capítulo es de las más arduas por no conocer a los personajes ni la forma en que se ha escrito el libro.

Los personajes principales son, diría, Francisco, Joao y Ana (hijos de la madre Maria Jose, postrada en cama), Mercília  (la ama de llaves / criada), Beatriz (también hija se Maria Jose, pero mucho menos presente en la obra), Rita (hija fallecida), el padre (marido de Maria Jose, fallecido) y "aquel que escondemos en la finca".
A lo largo de la novela, nos vamos metiendo en la piel de cada uno de los personajes. Viendo cómo algunos de ellos son imágenes vivas de sentimientos puros como el rencor, la rabia, el servilismo, la falta de autoestima, la autoflagelación... No asomamos a sus vidas y a su casa pero dentro de ellos mismos, sintiendo lo que ellos sienten.

Abre el primer capítulo Beatriz, que nos explica de forma poética aquello de los caballos que hacen sombra en el mar. En ella reconocemos la soledad, el fracaso, la sensación de haber decepcionado a los demás...
Es complicado para el lector saber quién habla. No se presenta. Es realmente como haber entrado dentro de su cabeza y ver cómo funciona su cerebro. Qué ocurre, qué ve, qué imágenes se le aparecen y qué frases se le repiten de su pasado encontrándose en la situación que se encuentra (y que, de momento, desconocemos de qué se trata).
Por el camino, iremos viendo, por ejemplo, que otros hermanos dicen aquello de "Qué tonta mi hermana Beatriz, los caballos no hacen ninguna sombra en el mar" o similares. Así es como reconoceremos a cada personaje: por sus frases hechas (royendo huesos, el que vende el polvo, la luna) o por los escenarios que frecuenta (el descampado, el parque).

Y, sin decir más, sólo comentar el valor de los giros de guión. Porque se nos encamina a historias que resultan ser acertadas, pero en otros casos nos topamos de bruces con una realidad que no es la que intuíamos pero tampoco llegamos a conocer del todo. Hay que tener una gran maestría para guiar al lector en su lectura, hacerle ver que se equivoca y aún así negarle las respuestas y dejarle con la incertidumbre.
Y Antonio Lobo Antúnes es un maestro.


"y yo un becerro en un cercado rodeado de zorros, el primer gusano y la enfermera del hospital
- Un gusano aquel
o si no mi hermana Ana en el descampado no tumbada en un escalón, en los arbustos mojados porque no va a dejar de llover, las gotas se añadirán a las gotas borrando el rosal, mi familia y yo no personas, retratos que nadie mira, como mucho nos dan la vuelta buscando una fecha o  un nombre y ni fecha ni nombre, hasta el nombre perdemos, incluso si nosotros 
- Me llamo Joâo me llamo Ana
no pueden oírnos, puede ser que una duda
- Me ha parecido oír algo
un silencio de espera, gestos ahuyentando fantasmas
- No ha sido nada 
y de hecho no ha sido nada, es un libro y yo una criatura del libro, no una persona en serio, tranquilízate que sólo vives si lo compran, mi hermana Beatriz 
- Cállate
y cómo puedo callarme si se trata de nosotros, de mi madre, de mí, de mi nombre 
- Joâo
que un susurro repite y mientras lo repite prosigo, qué triste es esta casa a las tres de la tarde, los bastones de Mercília en el pasillo"

sábado, 19 de mayo de 2018

Netflix: mis favoritas II

Sense 8

Esta es una producción de las que típicamente soy fan: "Perdidos", "Héroes", "X Men"... Todas ellas con un grado de ficción mínimo gracias al que no se las puede considerar ciencia - ficción pero tampoco te hacen comulgar con ruedas de molino constantemente. Es decir, parten de una premisa ficticia que asumes y después el resto de la trama se desarrolla con total naturalidad. Ok, acepto que "Perdidos" acabó rompiendo este esquema al final y creo que es lo que disgustó a muchos de sus fans.

"Sense 8" parte de la premisa de que las personas tienen un poder y una conexión mental que se puede utilizar y que hace avanzar a nuestra especie. Es decir: es algo que está ahí desde siempre pero que no se suele utilizar (quizá como los instintos). Una madre (o un padre) elige a ocho personas que tienen esa capacidad latente y entonces "las trae", hace que sean conscientes de dicha capacidad y que de repente se encuentren conectadas mentalmente entre ellos. Pueden sentir lo que el otro siente, pueden actuar a través de cuerpo de la otra persona y pueden visitar a la otra persona. A veces uno ve a otro a través del cristal de un coche, a veces ve su entorno desde su misma perspectiva, como si estuviese dentro de su cuerpo.

Así explicado puede parecer muy artificial y, realmente, un "tragar demasiado".
Pero la serie es muy buena.
Los protagonistas no llegan un día y dicen "Ya sé Kungfu", como Neo. Ellos no saben lo que les sucede y se van adaptando poco a poco a su nueva situación. Con miedo, con vergüenza... Alguien está ahí a tu lado pero no está; ¿significa que te estás volviendo loco? Otra persona accede no sólo a tu intimidad (por ejemplo, a tu desnudez), sino a tu mismo cerebro, a tus pensamientos y sentimientos más íntimos. 
Cuando se encuentran con otro senseit y establecen contacto visual, pasan a estar conectados también con él (no lo conectan con sus siete "hermanos", pero sí pueden darle acceso a ellos a través de sus propios pensamientos).

Aparte de esto, creo que la serie tiene cuatro puntos fuertes.

1. LOS PERSONAJES 

Hay un perfecto equilibrio de caracteres y de habilidades a la hora de crear a lo personajes protagonistas. No olvidemos que esta no es una serie sobre mutantes a lo X Men o sobre super héroes. Sin embargo, todos ellos tienen algo que ofrecer a los demás, aunque en un principio no sea evidente.

** Will

Como Jack en "Perdidos", Will es un líder nato. Sirve de guía al resto y tiene una motivación para que el grupo funcione más que el grupo mismo (es en su misma ciudad, Chicago, dónde les dio a luz su madre Senseit; además, recuerda cosas de su pasado por las que siempre le tuvieron por loco y que hoy están más vigentes que nunca).
Como policía, tiene muy presente la ley y tiene su sentido del honor. Pero eso no impide que pueda saltarse la ley o valerse de su profesión para conseguir sus objetivos. Al fin y al cabo, como policía también ha visto perpetrarse barbaridades en nombre de la ley.

** Sun

Sun vive en Seúl y es la hija de un poderoso empresario. Tiene su lugar en la empresa pero a menudo se ve ninguneada y relegada por ser una mujer, cuando como trabajadora e incluso como directiva es mucho más válida que su hermano.
Por otro lado, es una experta en kickboxing y ha participado en numerosos campeonatos, muchos de ellos clandestinos. Alentada por su madre en su niñez, nunca se vio límites como mujer y creyó en sí misma como luchadora contra los deseos de su padre y ante la mofa se compañeros y oponentes. Presta sus conocimientos de artes marciales a Capheus cuando la necesita.

** Kala

Vive en Mumbai y es la bondad y la candidez personificada. Su vida es bastante excepcional dentro de India y es consciente de ello. Sus padres le han procurado una formación universitaria y trabaja en unos laboratorios farmacéuticos. Se casa ("relativamente") por amor con el hijo del dueño y éste, contra todo pronóstico, "le permite" seguir trabajando.
Usa sus conocimientos de farmacia y química para ayudar a Will y Wolfgang cuando lo necesitan, especialmente si la cuestión es de vida o muerte, porque no es amiga de la violencia ni del mal.
Su papel no es de los más llamativos pero sí lo es su relación con Wolfgang, cómica a veces por ese contraste en la forma de ver la vida de cada uno y especialmente en lo que a las escenas de sexo se refiere (como cuando ve a Wolfgang desnudo en su boda o cuando lo ve en la cama con una cita de Tinder).

Capheus ("Van Damme")

Es una persona optimista que sabe luchar contra la adversidad y que siempre va con la sonrisa por delante. Sabe lo que es la pobreza viviendo en un suburbio de Nairobi y lo que es el VIH, con una madre seropositiva.
Se gana la vida conduciendo un autobús de esos que hacen pocos viajes al día, ya que si no llena para gasolina, y lo tiene pintado con imágenes de Van Damme, que es su ídolo.
Precisamente ser tan bueno al volante es lo que le permite ayudar a Sun, quien se ve en plena huida conduciendo como una auténtica piloto de carreras.
Diría que, junto con Lito (y quizá también Wolfgang), es el que tiene una historia personal más trabajada dentro de su país / ciudad y en ese sentido no se ve tan volcado en la trama de los Senseit.

Nomi

Es una mujer transgénero que vive en San Francisco. Su familia no acepta su identidad y su madre, por ejemplo, siempre la llama Michael.
Por suerte, Nomi da con Nita y se enamoran. Nita proviene de una familia atípica y está preparada no sólo para aceptar su propia homosexualidad sino para aceptar la homosexualidad y la identidad sexual de Nomi. Con el tiempo, está lista también para comprender su realidad como senseit (creo recordar que es de los pocos personajes no senseit a los que se les revela que los Senseit existen y, desde luego, es el no senseit más relevante en este sentido).
Nomi es una experta en informática y en hackeo y estos conocimientos le permiten ayudar a su "familia" a escapar o a acceder a centros de alta seguridad, entre otras cosas.

Wolfgang

De ascendencia rusa, Wolfgang vive en Berlín. Forma parte de un clan de ladrones y es de alguna manera el "paria" al que tienen por poca cosa su primo y su banda. En cambio, hay algo de lo que está orgulloso de parecerse a su padre: de ser un experto en abrir cajas fuertes.
Él y su amigo Felix adoran la vida nocturna de Berlín, el alcohol, las chicas... Pero lo que más ansían es dar un gran golpe y desligarse del esto.
Wolfgang no tiene ningún problema en ser violento y hasta en matar. En cambio, no puede dejar de decir la verdad, lo que le lleva a meterse en problemas dentro de las esferas en las que se mueve. Además, acaba enamorándose de Kala, con quien mantiene una relación muy especial.
Las peleas o el uso de las armas son de gran utilidad para el grupo. Aunque su forma de ver el mundo chocan radicalmente con la de Kala o Will.
Creo además que la elección de este actor, su aire serio y torturado, su cuerpazo y su relación con Kala son todo un regalo para las mujeres heterosexuales que vemos la serie  (y me consta que para los hombres homosexuales también).

Riley

Su vida transcurre entre Londres y Reykjavik. Es una DJ de fama, aunque en los primeros capítulos veamos que le dicen que es "bastante buena para ser mujer" (son estos detalles de denuncia de una realidad que pasa demasiado desapercibida los que enriquecen la serie). Pero su éxito tapa algo: se refugia en las drogas y siempre la vemos melancólica y taciturna. 
Cuando establece contacto con Will, por fin vemos que encierra un corazón cálido. Es capaz de sonreír, de disfrutar... de vivir se nuevo. Y es que según avanza la serie vemos que Riley oculta un pasado dramático de que huye como puede, corriendo hacia delante.
Desde luego, si hay un personaje cuya habilidad pasa desapercibida es el suyo. Pero creo que es su capacidad de convocatoria y, aunque suene raro, de "ser madre". Si la serie no hubiese sido cancelada, no me habría extrañado que se convirtiese en la madre de un nuevo clan.

Lito

No me extenderé con Lito porque hablo bastante de este personaje cuando menciono el elenco de actores de la serie.
Sí que diré que, aunque pudiera parecer que es imposible que aporte nada al grupo de Senseit, sí que lo hace. Sus dotes interpretativas como actor que es y debido a cómo lleva su vida privada levantando permiten ayudar a otros personajes cuando se encuentran pillados (el policía) o son incapaces de mentir (Wolfgang): embaucar es lo suyo.

2. LAS UBICACIONES 

Si hay algo realmente bello en esta serie son las ubicaciones. En todas las partes del mundo, en todos los momentos del día. Nos muestran México, Corea, Alemania, Kenya, Reino Unido, Brasil, India, Estados Unidos o Islandia. Y, como en otras series valoro, cuando tratan Estados Unidos se salen del clásico Nueva York para mostrarnos ciudades como Chicago o San Francisco.
Lo que me parece una pena es que, por ejemplo, no se exploten las posibilidades de Seúl del mismo modo que se explotan las de San Francisco como ciudad icono gay, Nairobi como ciudad de contrastes (el problema del abastecimiento de agua, la vida en barrios de chabolas, los poderosos al margen de la ley...) o Berlín y su vida nocturna.
Comprendo que esta forma de grabar quizá haya sido uno de los motivos por los que se decidió cancelar la serie. Imagino que tenía que ser muy costoso. Aparte del hecho de mover al equipo y a los actores, sólo las vistas aéreas de Islandia merecen mención especial.

 3. LA REALIDAD TRANS


Puede verse como que "está de moda". En cambio, yo lo veo como que por fin se representan diferentes realidades en la pantalla. Si en un principio no existía la homosexualidad porque no se mostraba, cuando ésta se acepta bien en televisión (la vida real es "otra cosa") es el momento de continuar dando presencia a otras realidades.
Me cansa el discurso de "es que están hasta en la sopa", "si es algo normal no hace falta que te lo estén poniendo en todas partes a todas horas". De lo que no nos damos cuenta es de que lo  heterosexual y lo cisgénero sí que está todo el día delante de nosotros. Y parece lo normal, lo incuestionable, cuando la vida de cada persona es única y también normal e incuestionable.
En ese sentido, es interesante la visión de Lito y la homosexualidad en un país como México y en un mundo como el de las películas de "machos salvadores".
Y, más, la de Nomi y sus problemas de autoaceptación, aceptación dentro de la familia e incluso aceptación dentro de la comunidad LGTB (a la que cada vez se añaden más siglas por su diversidad: LGTBIQ).
En cuanto al funcionamiento de la serie, cabría preguntarse si todos ellos son tan comprensivos y libres de prejuicios a la hora de aceptar a sus "hermanos". La pregunta se elimina fácilmente pensando que, al estar conectados mentalmente de esa manera, la empatía hacia el otro es simple y llanamente absoluta.


 4. EL ELENCO

Hay muy buenas interpretaciones en la serie, tanto de personajes protagonistas como secundarios.
Pero para mí quien se desmarca de una forma brutal es Miguel Ángel Silvestre.
Creo que ha tenido una oportunidad fantástica a la hora de lanzarse internacionalmente y al mismo tiempo como reto personal. Su personaje me parece muy complejo y, además, su interpretación es interpretación dentro de la interpretación. Da vida a un actor mejicano que tiene unos roles en el sector muy marcados pero NO sobreactúa para marcar que su personaje está "actuando". Al mismo tiempo, su personaje actúa en su vida privada levantando una fachada de mentiras alrededor de lo que la industria espera de él.
Por si fuera poco, los toques de humor de los que a veces se viste la serie recaen sobre todo sobre el personaje de Lito (a veces también sobre el de Kala). Y bien sabido es lo difícil que es hacer comedia (no resultar histriónico, no quitar peso a tu personaje e incluso no quitárselo a la serie entera y su argumento). Para ejemplo, la pelea entre Lito y el ex de Dani: pasamos de huir de una lluvia de macetas de flores a repartir puñetazos a diestro y siniestro. Está tan logrado que creeríamos que realmente es Wolfgang quien está peleando, pero es Miguel Ángel Silvestre. ¿Y qué decir de cuando Lito vive en sus carnes el momento en que a Sun le baja la regla? Para reír... ¡pero lo borda!
Anotaré aquí que el cambio de actor de Aml Ameen por Toby Onwumere me mató. Yo fui una de las fans decepcionada en este caso. Y ambos actores son geniales (de hecho ya no puedo imaginar cómo habría trabajado Aml Ameen toda la trama política), pero la ruptura que vimos en Capheus fue demasiado abrupta en cuanto a la visión del espectador se refiere.

jueves, 3 de mayo de 2018

La copa menstrual: tabúes sobre la menstruación

Hace como diez o doce años, oí hablar por primera vez de "una copa para recoger la menstruación". Lo oí de alguien que lo oyó... Y la información me llegó un poco como "el teléfono escacharrado". Me quedé con la idea de que era un método de higiene, también desechable, que permitía recoger la menstruación de alguna manera "no absorbente". Obviamente, al imaginar un material parecido al de un tampón, me parecía bastante inverosímil y no le encontraba el sentido. 


Hará unos cuantos años menos, leí un artículo sobre la copa menstrual y su uso en África. Al tratarse de una copa hecha de silicona quirúrgica u otro material similar, muy duradero, el gasto en que incurriría una familia africana sería mínimo. Y, desde luego, se presentaba como un remedio muy efectivo contra la estigmatización del periodo y la mujer menstruante a la par que permitiría a las niñas acudir a la escuela con regularidad ya que la regla, sin ningún tipo de producto higiénico, era (y es) un gran impedimento.



Pero ha pasado el tiempo y la copa menstrual sigue siendo una gran desconocida para la mayor parte de la población (a pesar de que fue patentada a principios del siglo XX). Supongo que muchas oyen algo sobre el tema y siguen rompiéndose la cabeza como yo la primera vez para intentar entender el concepto.
No aparece en la publicidad de nuestra televisión, nuestra prensa ni tampoco he visto nunca un editorial en una "revista femenina". Sí que sigue habiendo anuncios de compresas manchadas de líquidos azules y perdura en el imaginario colectivo el "tampax pearl de Patricia Conde" o el "¿a qué huelen las nubes? de Silke".
Entiendo perfectamente que las empresas que producen tampones y compresas tienen su negocio y quieren mantenerlo (el medio ambiente es lo de menos a este respecto). Pero no acabo de entender por qué la copa menstrual es relegada a "solución para el tercer mundo" y en España la conocemos por el boca a boca, por lo que las amigas o familiares nos vamos contando.



En este sentido, cabe destacar que en una sociedad moderna y "liberada" (ejem) la menstruación sigue siendo un tabú. Sigue habiendo mujeres que no quieren hablar de la regla, les aterra decir la palabra MENSTRUACIÓN (prefieren decir "estoy mala" ¿¿??). Te dicen que les da asco la regla y ¡ay! como vean una gotita de sangre: horror.
No soy fan del movimiento "free bleeding" porque no me parece higiénico el manchar, por ejemplo, un asiento en un lugar público. Pero no es antihigiénica la sangre en sí misma y menos la recogida con la copa. ¿El olor que tanto quieren eliminar en los anuncios de compresas y tampones? Mínimo. Ese posible mal olor se produce cuando la sangre se retiene en un material como el algodón (¡qué asco! ¡hablando del olor de la regla!). La sangre en la copa huele sólo a sangre: a hierro, como la que sale de la nariz o de una herida.
Un ejemplo clarísimo de que la regla sigue siendo un tabú es que las mujeres esconden en neceseres, bolsillos o apretados dentro de la mano todos los productos de higiene cuando van al baño en la oficina. Y un tampón o una compresa (que vienen perfectamente empaquetados en mil plásticos rosas - muy ecológico también -) no debería ser motivo de vergüenza ni motivo para esconderse. Esto no es más que una reminiscencia de nuestro pasado (y del presente en otros países) cuando las niñas no iban a la escuela cuando tenían la regla o las mujeres no podían hacer mayonesa (¿¿??). Cuando me reincorporé a mi puesto de trabajo el pasado septiembre y me enseñaron la nueva oficina, una compañera me mostró orgullosa el mueble del baño, de gran capacidad (cosa que está bien para guardar muchas cosas que antes se guardaban en el almacén), "Para poder dejar el neceser ahí y no tener que andar con por la oficina". Supongo que nuestros compañeros hombres siguen sin saber lo que es la regla y se pueden asustar...

Esto último (que no sepan lo que es la regla) tampoco me extrañaría. La educación sexual en los colegios y en las familias es muy deficiente y a veces inexistente. Al menos en mi caso, se estudiaba el aparato reproductor en sexto (con 11 - 12 años) de forma muy abstracta y unas representantes de OB venían a explicarnos en una pequeña charla cuestiones sobre la regla y los productos higiénicos. A esta charla no acudían los niños... Cierto que para una niña preadolescente estar con todos los niños escuchando dicha charla habría supuesto más bochorno que el simple hecho de tener que asistir, pero el problema viene de atrás. Por ejemplo, no explicando nunca nada a los niños (a mi hija le han explicado la reproducción y le han puesto un vídeo de un parto con cinco años y me parece FENOMENAL; a esta edad no tienen prejuicios ni mitos en la cabeza y lo toman todo de forma muy natural). Por ejemplo, explicando las cosas tarde (cuando tienes la menarquia con diez años, a los doce te resulta todo muy absurdo). Por ejemplo, explicando las cosas mal (porque una empresa no debería explicar sobre sexualidad - que nos enteremos ya de que la menstruación es parte del ciclo biológico y sexual de la mujer -, sino que tendría que hacerlo un profesor o un sexólogo).


Recuerdo ahora la función de "El camino rubí". Conocí este blog por una entrada hablando de "lo malo" de la maternidad (otro tabú). Y si bien dudaba en un principio de la profundidad que se daba al tema de la menstruación, ahora que sé bastante (creo) sobre lactancia y conozco muchos procesos hormonales de los que me han hablado dos amigas que han estado en contacto con especialistas en fertilidad, me doy cuenta de que cada mínimo proceso biológico de nuestro cuerpo es una maquinaria precisa y minuciosa que requiere de una armonía absoluta para su buen funcionamiento. Reglas dolorosas, endometriosis y médicos que valoran más un dolor en la zona vaginal dependiendo de si lo que no puedes es ponerte un tampón (tienes las compresas) o mantener relaciones coitales (pobre pareja): son temas que me han hecho reflexionar sobre lo poco que sabemos sobre nuestro propio cuerpo y lo necesaria que es la labor se "El camino rubí".



Volviendo a la copa menstrual y a sus ventajas, creo que son tres (o cuatro si se compara con los tampones).



En primer lugar, es un producto económico. En España cuestan unos 30 €. Antes sólo las podías comprar online pero ya empiezan a verse en farmacias (incluso expuestas, imagino que para que preguntes y lo farmacéuticos puedan darte información). Puede parecer dinero pero dicen que pueden durar varios años (hasta diez o quince, según la web consultada). Yo tuve una que le duró dos años, lo hablé con la marca y me enviaron otra gratuita porque ese es muy muy poco tiempo. Aún así, si pienso que llevo 25 años con la regla (a los que resto uno y medio, pongamos dos, después de los partos)... Para hacer un cálculo más o menos justo (soy de las "afortunadas" a las que les dura el periodo seis o siete días), si se multiplican 23 años x 12 meses, son 276 reglas. Pongamos que son de cuatro días, no de siete, serían 276 x 4, 1104 días. Si el día tiene 24 horas y cada cuatro se cambia el tampón, 6 tampones al día durante 1104 días son 6624 tampones. Una caja estándar, sin aplicador, de marca blanca cuesta 1,50 € y trae 24 unidades.. Así que 6624 tampones cuestan 414 €. Pongamos que la copa la "jubilamos" con diez años. En 23 años estaría usando la tercera (90 €). No digamos ya si sucumbimos a la publicidad y compramos tampones de primeras marcas.



La segunda ventaja es el ahorro que supone para el medio ambiente. Compresas y tampones van a la basura... 6624 tampones que ha tirado cada mujer que hoy tenga 35 - 38 años. Y, lo peor, que muchas no saben que los tampones NO se pueden tirar al retrete (hay montones de foros donde se hace esta pregunta: no lo tenemos claro).



No es tampoco despreciable el que la copa menstrual nos hace ahorrar tiempo. La compras una vez y desparece de la lista de la compra durante años. La llevas en el bolso (o incluso puesta, cosa que no puedes hacer con un tampón) cuando te va a bajar la regla y los paseos al baño "a ver si baja" o para cambiarte son muchos menos. No hay que olvidar que se puede llevar hasta doce horas (otra cosa es el momento del ciclo en el que estés y que haya más sangrado y se llene; aún así, yo nunca la llevo por el día más de ocho horas).

Y la cuarta ventaja respecto a cuando se compara con el uso de tampones se refiere al síndrome del shock tóxico. Cuando abres una caja de tampones, como precaución, te dicen "en algunos casos" se puede padecer SST y que si sospechas que es tu caso acudas a urgencias. Quizá esto haya cambiado y las instrucciones que vienen con los tampones sean un poco más claras, pero cuando yo he leído esta información en el pasado pocas veces se hablaba de síndrome del shock tóxico, sólo de SST, que parece que asusta menos. Además, parecía que era algo que podía ocurrir y que tenía "cierta" relación con el uso de tampones, pero que era improbable y casi de causas misteriosas.
La realidad es que por no ser de un material estéril como el de la copa, recoger la sangre en un producto higiénico de algodón propicia la aparición de bacterias que pueden producir una infección y, más tarde, shock. Esto tiene que ver también con el mal uso de los tampones. Cuando hay menos flujo, en lugar de comprar tampones mini y cambiarlos regularmente (con la copa eso da igual), se tiende a utilizar el normal pero más horas. De hecho, se debería decir claramente en todas partes que no deberían utilizarse tampones por la noche. Es peligroso. Puede sonar exagerado, pero no por improbable es algo que se deba desdeñar. Una vez se diagnostica el SST, la mortalidad llega al 50%. Que se lo digan a Lauren Wasser.


De las ventajas adicionales para las mujeres y las niñas de los países en vía se desarrollo sí que se ha escrito y mucho.
Así que, por lo general, son todo beneficios.



El único problema que le encuentro es que no es tan fácil saber ponérsela y, aunque sé ponga, no siempre está bien colocada. También tenemos esa lucha la primera vez que nos enfrentamos a un tampón... Pero es que el conocimiento de nuestro propio cuerpo (tabúes, culpa, vergüenza...) es mínimo.



Para utilizar la copa menstrual, lo único que hay que hacer es esterilizarla durante cinco minutos en un recipiente con agua hirviendo. Una vez esterilizada se introduce plegada en la vagina, sin necesidad de llevarla tan al fondo como se haría con un tampón, dejando el "rabito" cerca de la entrada para poder acceder fácilmente con la yema de los dedos. El "rabito" puede molestar: en ese caso se coloca la copa más adentro, teniendo en cuenta que para sacarla después habrá que introducir más los dedos. Yo la hago girar una vez colocada (sobre sí misma) para asegurarme de que se expande y no se queda plegada y tiro muy suavemente del "rabito"; si ofrece resistencia, es que ha hecho vacío y no habrá pérdidas.

Se puede llevar hasta doce horas seguidas, así que puede imaginarse lo cómoda que es. Los primeros días habrá que vaciarla con regularidad porque hay más cantidad de flujo y los últimos, según se vea, pues la sangre retenida durante varios días en el cuerpo sí que puede desprender cierto olor (a sangre "vieja", desde luego no a "pescado" ni otras idioteces que a menudo aguantamos).
Para vaciarla, se extrae tirando de "rabito", sentada en el wc, y se vuelca su contenido en el retrete. A veces es necesario presionar un poco la copa con la punta de los dedos para romper el vacío. Se lava sólo con agua y se vuelve a colocar. Si estamos en un baño donde se separan lavabo y retrete, se puede limpiar un poco con papel higiénico y al llegar a casa con agua. No se debe usar jabón de ningún tipo. Cuando acaba el periodo, se lava en agua, se vuelve a hervir y se guarda. 
La copa se presenta no normalmente en talla pequeña o S y en talla grande o L. La diferencia para usar una u otra es si se ha dado a luz o no. Después de dar a luz, puede resultar algo más difícil conseguir un vacío en condiciones y puede haber pequeñas pérdidas (mínimas) que aconsejen usar salvaslip los primeros días. Aún así, ni el coste económico ni el coste ecológico de estos salvaslip son comparables con todo el gasto de usar métodos más tradicionales (o populares).

lunes, 23 de abril de 2018

Netflix: mis favoritas I


Bloodline

Vi esta serie por encontrarse entre las top 10 de Netflix en su momento. La información la encontré en algún blog de cine y curiosamente ningún conocido la había visto.

Quizá eche para atrás su ritmo lento y espeso, la cantidad de silencios que inundan los capítulos y, por qué no, un paisaje al que no estamos acostumbrados en las series estadounidenses: el de Miami.
Sí, tenemos a "Dexter" o a "CSI Miami", pero el ritmo y la ambientación (más en CSI) siguen el patrón de cualquier otra serie comercial.

En lo que a mí respecta, esa ambientación es precisamente uno de los atractivos de la serie (igual que en "True detective" o en "Breaking Bad"). Y no se trata sólo a través de la fotografía, sino que se nos transporta a Los Cayos a través del ritmo que marcan las pausas en las conversaciones, las grabaciones de día, la calima, el sonido de las olas más que el de la música...
A medida que la trama avanza, sin embargo, se graba más de noche, hay días nublados, días de tormenta... La meteorología y la luz al servicio de la ambientación.

Trata Bloodline sobre una saga familiar adinerada y con estatus dentro de Los Cayos. Los patriarcas regentan un hotel vacacional con encanto y sus hijos son policía, abogada, dueño de un negocio de reparación de yates y... Danny.
Como dice John, el hermano mayor y policía, desde el comienzo de la serie: "Cuando supimos que Danny venía, supimos que algo malo iba a ocurrir". En todas las familias hay una oveja negra, pero siempre cabe cuestionarse el lugar que ocupa cada uno y por qué. 

¿Es Danny mala persona? ¿Le permitió su propia familia elegir otro camino? ¿Le trataron como a un criminal y le condenaron en vida?
¿Fue su padre un guía o un tirano? ¿Fue realmente tan legal como se presuponía o sus negocios se sustentaban sobre inicio turbios? ¿Fue buen padre y buen marido?
¿Es John la personificación del bien o se erige en protector de su familia y en la ley no escrita en su jurisdicción? ¿Le lleva el seguimiento de una ley sobre lo que es correcto a hacer "el mal" o es ese mal justificable?
¿Es Meg, la hermana abogada, una persona cándida e ingenua? ¿O es una persona egoísta que no se quiere posicionar pero que al mismo tiempo se beneficia de lo que el resto le puede ofrecer?
¿Es Kevin, el pequeño, el que se dedica a los yates, tan valiente y tan echado para adelante? ¿Es una persona insegura que se escuda en John? ¿Actúa impulsivamente sólo con la seguridad de que John le ayudará después?
Y la madre, Sally... Un personaje que parece el pegamento que los une a todos pero que es el que más roto está por dentro y seguramente el que más esconde.

Los personajes son complejos y muy profundos. Todos ellos esconden algo, aunque simplemente sean sus propias debilidades, y todos hacen y deshacen partiendo de las premisas falsas sobre las que se sostiene su familia: el matrimonio ideal de sus padres, la muerte de su hermana Sarah en un fatídico accidente, la culpa arrastrada por Danny...

Al mismo tiempo, otros muchos personajes les hacen salir de sus tejemanejes familiares y les obligan a participar de un submundo ilegal al que el propio Danny, no sabemos si como venganza premeditada, los arroja. Especuladores, traficantes de drogas y de personas, hijos desconocidos... Pero también amigos de Danny que no están conformes con lo que ven y también los que quieren sacar tajada.


La confusión es tal que uno no sabe si compadecer a John y odiar, por ejemplo, a Sally. Uno no sabe si es más pusilánime Meg o Kevin.

Y entretanto las marismas, los botes y los explosivos, los caimanes, la ropa de lino blanco, un colgante de un caballito de mar...

Muchas horas de visionado en las que podrías pensar que te están contando poco pero realmente la trama es espectacular.

domingo, 8 de abril de 2018

XO Collections en el Nómada Market


En la última edición del Nómada Market en Madrid, tuve el placer de conocer el trabajo de XO Collections.


A pesar de que tenía mis reticencias a la hora de volver a este mercado dado que comparando con el que hicieron hace años en Chamartín el del Mercado de la Cebada dejaba mucho que desear, le di otra oportunidad y salí muy contenta.
Cuando cambiaron al Mercado de la Cebada se detectaron muchos problemas en la infraestructura y creo que se hicieron eco de ello porque recibieron bastantes críticas en Facebook e imagino que también por otros canales.
Yo veía dos grandes ventajas a este emplazamiento: primero, que no había que pagar ninguna entrada aunque fuese poco dinero y, segundo, que exponer en un mercado como al, en puestos con su mostrador, su toldillo, etc. le daba a todo un aire muy castizo y original.
Pero a veces lo que es un punto a favor se vuelve en tu contra. Y es que puede ser divertido exponer pendientes de  platería o gafas con montura de madera al lado de una pescadería con sus grotescos rapes, pero el olor puede convertirse en un problema que ni las tiendas de velas aromáticas te van a poder resolver.



Por suerte en la pasada edición eso se había arreglado. Imagino que a costa del aire acondicionado y del fresquito que pasamos allí, que no me quité la cazadora vaquera no un minuto y eso que este otoño ha sido especialmente benévolo.
Sin embargo, los vendedores no siempre estaban contentos. Se quejaban de que, frente al fresco que corría en los pasillos dentro de los locales tenían mucho calor; la posición era muy cansada y era complicado llegar al género o que los clientes se animasen porque no podían tocarlo (dependía mucho del mostrador que tuvieses). También se quejaban algunos vendedores de ropa porque, para poder exhibir sus percheros, la única forma posible era colocar sus puntos de venta en los pasillos. Las aglomeraciones eran importantes, sobre todo ante los puestos que estaban frente a un ascensor que además era el único punto por el que podían acceder al mercado los carritos de bebés.



Supongo que poco a poco le irán cogiendo el punto o que irán estudiando otros enclaves más prácticos a la vez que interesantes para no perder esa marca de mercadillo de diseño independiente.



Aún así, valió la pena por todas las experiencias que me llevé del día.




* Me compré unos pendientes de Lucía Labigornia con forma de cerilla muy particulares. Trabajados en acero quemado y con una pequeña bola de coral haciendo las veces de fósforo, llevan la tuerca a cierta altura sobre el palito. Así, el pendiente no cuelga de justo el agujero que llevas en el lóbulo y la caída es muy original.



* Comimos en Latina Turner. Un pequeño local muy cerquita del Mercado de la Cebada que nos llamó por su original nombre y por la comida, digamos fusión latina pero sin pretensiones. Tomamos papas arrugás con mojo y patacón frito con guacamole. Buenísimo y muy económico. Totalmente recomendable.



* Conocí XO Collections. Aunque he visto en Facebook que tienen varias colecciones y que sus diseños son muy variados, precisamente lo que más me llama es lo que llevaron al Nómada Market: blusas retro hechas hoy e inspiradas en los 80. Para el proyecto, seleccionan y compran telas de estampados muy ochenteros y también botones del mismo estilo (plástico, nácar, dorado...). Después, aplican patrones de los 80 (¿alguien recuerda el Burda?) y cosen ellas mismas las prendas. ¡Eso sí es trabajo artesanal! No hay dos blusas iguales; ni siquiera hacen una M y una L con el mismo estampado. Son perfectas para llevar con una mini, con unos pitillos o para acompañar una chaqueta perfecto. Son muy estilosas y, a pesar de haber crecido en los 80, doy fe de que una no se siente señora con ellas. No fui capaz de elegir una y, además, llevaba un vestido estampado que ayudaba poco... No obstante, sé que acabaré haciéndome con una de ellas. Se las puede contactar para acercarse a su showroom.