sábado, 31 de diciembre de 2011

¿A quién le suena el nombre de Vanessa Alice Bensimon?

Me gustaría cerrar 2011 hablando de una magnífica artista a la que llevo siguiendo durante años.
Igual que me ocurrió con las Blythe, primero quedó grabada la imagen en mi memoria, antes de poder recordar el nombre de la creadora.
Siendo adolescente, en algunas rebajas de verano en una tienda de barrio, encontré una camiseta de algodón con una muñequita regordeta, de carita ladeada, labios gruesos y boca entreabierta, vestida con un camisón semitransparente. Se vino a casa conmigo sin que me diese tiempo a dudarlo un segundo y me acompañó durante bastante tiempo. No sabía entonces que esa muñequita había sido diseñada por la graffitera Miss Van.

SOBRE ELLA

(toda la información que añado a continuación es en buena parte una traducción libre y resumida de lo que se puede leer de primera mano en su página web).

Miss Van comenzó a pintar en las calles a la edad de 18 años, siendo una de las primeras mujeres involucradas en el arte urbano. A mediados de los 90, sus personajes femeninos empezaron a proliferar en las paredes de distintas ciudades.
Ahora exhibe su arte en galerías de todo el mundo, desde Nueva York a Los Ángeles, sin olvidarnos, por supuesto, de Europa (Suiza, Alemania, Reino Unido… y su país de nacimiento, Francia, y el de adopción, España). Su obra ha sido exhibida junto a la de artistas de la talla de Os Gemeos, Mike Giant, Banksy, Faile, Shepard Fairey, Barry Mcgee, Ryan McGinness, Takashi Murakami o Ed Templeton, entre otros muchos.
En sus propias palabras:
“Desde que era pequeña he estado dibujando personajes y animales. A principios de los 90, comencé a descubrir el graffiti con algunos amigos (…). Elegí utilizar pintura acrítica porque era lo que utilizaba en mis estudios y lo encontré mucho más cómodo que el spray, aunque no era el estilo tradicional del graffiti. (…) Pintar era una forma de expresar mi boicot al mundo del arte convencional. En mis principios era una rebelde y me parecía más emocionante pintar en la calle porque estaba prohibido. Pintar sobre pared me permite conservar mi libertad y, sin censuras. Es también un desafío, porque cada vez que pinto en una pared existe el riesgo de que mi trabajo desaparezca. Como me gusta moverme y conocer gente, prefiero pintar en la calle. Además esto me permite hacer mi arte accesible a un público más amplio.”
“Al principio, mis muñecas eran autorretratos. El graffiti tiene una faceta megalomaníaca; en lugar de escribir mi nombre, decidí representarme a mí misma a través de mis muñecas. Sentía una verdadera necesidad de autoafirmación, quizá porque tengo una hermana gemela y quería mostrarme distinta. Tiempo más tarde, cuando ya no sentía esa necesidad de marcar mi identidad, esto se convirtió en un trabajo.”
“La idea de la provocación tiene también su lugar en mi concepción sobre mi trabajo. Siempre me ha gustado pintar muñecas sexy en lugares poco apropiados. Quiero provocar reacciones fuertes. Mis muñecas transmiten una imagen provocativa, a veces algo erótica. Deseo que incomoden y que provoquen fantasías. Quiero que hagan a quien las ve reaccionar, no importa cuál sea la reacción. Me gustaría que hiciesen a la gente olvidar su rutina.”

Si alguien quiere un producto original de Miss Van, además de echar un vistazo a su tienda, puede dirigirse a la web de Iguapop. Hace tan sólo unos días quedaba un original a la venta, pero a fecha de hoy está todo vendido. Sin embargo, aún hay algunas ilustraciones a la venta.
También existe otra tienda cuyos productos son una colaboración con Anaoana, una diseñadora de moda de Barcelona. La marca Anaoana fue lanzada en el año 2001 y poco a poco ha encontrado su lugar en el mercado. Aunque los precios no son baratos, pero aquí tenemos la garantía de comprar un producto que no es una copia.

SUS PERSONAJES

Lo femenino y lo animal comparten protagonismo en el mundo de Miss Van.
Animales antropomorfos, mujeres que dan el pecho a animales, mujeres que someten a animales…
Toda su obra parece casi una dualidad de valores, no sólo por lo femenino y lo animal, sino por lo lascivo y lo infantil, lo erótico y lo ingenuo.
Pero muchos otros han descrito ya mejor de lo que lo haría yo el carácter de sus muñecas y el mundo en el que se desenvuelven.
Sobre sus personajes, dicen en Iguapop:
“Los personajes creados por Miss Van están a medio camino entre mujeres y niñas, son de una feminidad desbordante y rezuman erotismo, sensualidad, provocación y cierta maldad al borde de la perversión. Estas muñecas (“poupées”, como las llama su creadora) son caprichosas y traviesas, aunque también derrochan sensibilidad y dulzura. Con ellas, Miss Van ha creado un universo del que los hombres han sido excluidos, relegados al voyeurismo y sustituidos por animales apacibles, evocando a las pin-ups de los años 50 y en conexión con las tendencias más actuales de la pintura americana. Su trabajo ha sido exhibido en algunas de las galerías más punteras como la Merry Karnowsky en Los Angeles o la Jonathan LeVine Gallery de Nueva York.”
Y dicen en Contemporánea:
“Son personajes a medio camino entre mujeres y niñas, de una feminidad desbordante, que rezuman erotismo, sensualidad, provocación y cierta maldad al borde de la perversión. Con ellas, Miss Van ha creado un universo del que los hombres han sido excluidos, relegados al voyeurismo y sustituidos por animales apacibles, evocando a las pin-ups de los años 50 y en conexión con las tendencias más actuales de la pintura americana.”

EVOLUCIÓN: ESTILO, TÉCNICAS, SOPORTES

En esta página web se puede ver la evolución de la artista. Primero se pueden observar colores muy planos y fuertes encerrados en líneas negras, labios gruesos y curvas absolutas; después encontramos colores más suaves, incluyendo los pasteles, la boquita de piñón tan trabajada y característica de las muñecas de Miss Van y cuerpos voluptuosos pero de líneas más relajadas. Creo que hay una importante evolución, igual que ocurre con la boda, en los ojos, siempre achinados pero ahora mucho más sutiles y con pestañas estilizadas.
Este cambio de formas supone también un cambio en la expresión final de los personajes. Quizá por ese espíritu de rebeldía que ella evocaba en su web o por la necesidad de entrar con fuerza en un mundo masculino, me parecen las primeras muñecas de Miss Van mucho más desafiantes y agresivas. Las nuevas las veo más ambiguas, igual de poderosas e incluso perversas, pero con una dulzura engañosa que después se envuelve de oscuridad, sangre, misterio… Las series sobre el circo o sobre mujeres de pelo larguísimo, como madejas de lana natural, me parecen la sintetización final de un trabajo que ha ido evolucionando a lo largo de veinte años.
También es importante destacar que, si bien su técnica en pintura sobre pared siempre fue rompedora, ya que era una asidua del pincel y no tanto del spray, ha sabido muy bien plasmar todo su imaginario, tan definido y personal, en infinidad de soportes: lienzo, tela, madera…
En esta web se puede observar todo el proceso de creación de su Hypnotic Flower, una obra sobre madera, en la que cada muñeca lleva un antifaz de un animal distinto.
¿Quién es fan?

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