jueves, 4 de enero de 2018

Netflix: cajón de sastre... malos resultados

Quizá porque me interese más ir de peor a mejor, para terminar con un buen sabor de boca, en esta entrada hablaré de aquellas entradas que no sé muy bien dónde ubicar pero que no me han gustado demasiado (o, realmente, no me han gustado nada).
Que para gustos los colores...


Tú, yo y ella
En los tiempos en los que la monogamia se cuestiona y el poliamor y otras corrientes (si es que es la forma correcta de denominarlos) ganan adeptos, las historias sobre triángulos amorosos fuera del típico "matrimonio heterosexual + aventura / infidelidad del marido" se me hacen muy necesarias. Porque parece que por fin se empieza a mostrar en televisión a personas que no tienen una vida normativa.
Sin embargo, esta serie peca de partir de ese "matrimonio heterosexual + aventura / infidelidad del marido" aunque sí es cierto que se acaba transformando en otra cosa. Por causa de la mujer, que, claro, como se espera de su género  (modo ironía on), contacta a la amante de su marido en busca de venganza.
La relación deviene en una relación amorosa y de convivencia con tres protagonistas. Unos, la inicial pareja, sobrepasados por la presión social y el miedo; otra, sobrepasada por un sentimiento de amor que ellos en principio no quieren admitir pero que todos sienten los unos por los otros.
Desafortunadamente, el aspecto casi adolescente (no recuerdo la edad del personaje en la ficción) de la amante hace que el triángulo quede demasiado desequilibrado. Para el espectador, no son tres, sino 2 + 1.
Además, la serie pretende ir un poco de indie pero no lo consigue.
En definitiva, una serie que se queda en tierra de nadie.

Girlboss
Esta serie empieza muy bien. Al menos, tiene muchos puntos interesantes (conozco a más de una persona que se enganchó al principio... peeeero...).
Por ejemplo, que trata temas interesantes y actuales como la venta online, lo vintage, el DIY, la moda de segunda mano, los inicios de un emprendedor...
Hay personajes muy curiosos como Gail (Melanie Linskey), una coleccionista de ropa vintage que la guarda perfectamente limpia y empaquetada para no ponerla nunca y a quien se le revuelven la entrañas si se entera de que alguien ha cortado una manga a un vestido de los 60. Por entrañable, por exagerada, es un personaje secundario que puede gustar.
Pero resulta que Sophia (Britt Robertson), la protagonista, que parecía una chica con carácter, luego se descubre que tiene unas relaciones familiares tormentosas y que es borde y maleducada porque fue un patito feo, la rara y, ¡oh, pobrecita!, todos la trataban mal. Un personaje alrededor del que todo gira y que se convierte en un cliché.
La vi hasta el final por terminarla, pero de los que conozco que la empezaron ninguno la terminó. Acaba aburriendo.

Don't trust the b---- in apartment 23
A veces elegir a una actriz con una estética muy marcada (y no querer cambiarla ni un ápice) y con mucho carisma es un arma de doble filo.
Porque tener Krysten Ritter como protagonista (no nos engañemos, la serie va sobre June pero ese personaje no interesa lo más mínimo) nos hace verla como Jane, la novia de Jessy en "Breaking bad".
Cierto que esta serie es una comedia y que en las comedias no se necesita ese nivel de conexión ni temas trascendentales, pero la serie se pasa de ligera y, personalmente, al ir todas las gracias sobre lo cara dura que alguien puede ser... Pues gracia poca.
Luego está el hecho de que James Van Der Beek se interprete a sí mismo. Tiene su punto pero, quizá por no mostrar al típico actor histriónico o para no hacer guasa de una persona real, se queda un poco corto.

Chewing gum
Será que la estética ¿barriobajera británica? no me gusta o será que los personajes excesivamente caricaturizados me echan para atrás, pero esta serie no me gustó nada.
Cuando vi el primer capítulo, la protagonista, Tracey (Michaela Coel), se me dio cierto aire (salvando las diferencias) a Napoleon Dynamite. Quizá fue por eso que intenté darle una oportunidad a pesar que desde el principio la cosa no pintaba bien.
La serie no hay por donde cogerla. No tiene gracia ni engancha. Todo gira alrededor del sexo y de las ganas de perder la virginidad, lo que, como siempre, en un producto bien llevado, puede tener su interés. Pero aquí resulta cansino y hasta cutre. Curiosamente, es lo que otros medios y blogs han alabado de la serie.

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