lunes, 5 de octubre de 2009

De la sangre embotellada

Las leyendas sobre vampiros y todo su merchandising (en forma de películas y libros) parecen tener mucha acogida.
Sin embargo, yo no soy una de sus fans. Y que disfrutase de “Entrevista con el vampiro” no me hace caer en una contradicción. Es como disfrutar con la trilogía de Bourne pero no estar interesada, por norma general, en el género de acción.

Por lo que vi en “Entrevista con el vampiro”, los vampiros “son” (hablemos como si existieran, como cuando decimos que Zeus “es” un mujeriego) seres que viven aislados pero que tienen una conciencia de grupo y que obedecen una jerarquía. Sobre su carácter, son crueles y lujuriosos. Y sus debilidades, aquello que desafía su inmortalidad, son las estacas de madera y el sol.
Hay toda una super leyenda rodeando el mito del vampiro. Ajos, crucifijos, agua bendita... Y luego están los vampiros “según”, esto es, según el que reinvente el mito. Unos recogen parte de la leyenda, otros la modifican y algunos hasta la niegan de tal modo que lo único que comparte el vampiro con el mito original es aquello de lo que se alimenta: la sangre.

La verdad es que mi conocimientos sobre el mito vampírico es muy reducido. Se basa en el boca a boca, la única película de vampiros que he visto (prefiero obviar que también vi “La reina de los condenados”) y lo que he leído sobre
Vlad Tepes. Y, bueno, también tengo algunas imágenes grabadas de “Nosferatu”...
A pesar de ese escaso conocimiento, nunca me ha llamado la atención este mito que a veces no sabía si relacionar con Batman o más con el chupacabras.
De hecho, alguien ha pensado como yo y en la
wikipedia se comenta:
“Los animales muertos, presuntamente por el ataque del chupacabras, no tendrían sangre sus cuerpos.” “Todos los que han sido testigos del fenómeno afirman que sus ojos tienen la capacidad de hipnotizar y de paralizar a sus presas para atontarlas mentalmente. Esto permitiría que el Chupacabras succione la sangre del animal en su letargia.” “Los testigos claman que algunos chupacabras estarían cubiertos de pelo negro, presentarían ojos rojos, una cabeza ovalada y alas tipo murciélago.”

El caso es que el mundo glamouroso de los vampiros victorianos no se me presenta como algo atractivo y en la actualidad veo esa imagen de hombres con modales amanerados, con coleta y camisas con chorreras bastante fuera de lugar.
Y, a pesar de todo, a pesar de “Crepúsculo” (que no he visto) y su estética teen a lo “OC” o “Dawson Crece” y de las bandas más o menos rockeras de “La reina de los condenados”, estas últimas imágenes de los vampiros no me han hecho olvidar el rostro de Tom Cruise como Lestat.

Sería por esto último que me animase a ver “True Blood”. ¿Vampiros victorianos en el siglo XXI? No, tenía que haber algo diferente.

Según me habían dicho, el episodio piloto de esta serie había sido un récord de audiencia. Pues bien, en mi opinión, merecía serlo.
En ese primer capítulo se nos presenta a todos los personajes principales de la serie y se nos da una idea bastante aproximada de cómo son, qué relaciones tienen entre ellos, etc. Y en ese primer capítulo se nos presentan también las características principales de los dos protagonistas:
1) Sookie Stackhouse puede escuchar los pensamientos de los demás. Tiene que hacer grandes esfuerzos para no enterarse de lo que sus amigos y familiares están pensando para no invadir su intimidad y al mismo tiempo querría no oír a todos aquellos que se pasan el día criticando a todo el que tienen alrededor (incluida ella), formando en su cabeza una algarabía que no le deja vivir tranquila.
2) Bill Compton es un vampiro. Como tal, se alimenta de sangre, vive de noche y tiene ya sus añitos. En el primer capítulo descubrimos también que uno de sus puntos débiles es la plata (le quema) y que su sangre es muy valiosa porque puede curar a los humanos.

La serie añade muchos otros detalles al mito vampírico. Por ejemplo, la incoherencia de que la sangre de vampiro (llamado zumo V) funciona como un tipo de Viagra y al mismo tiempo es el más potente alucinógeno, porque no explican por qué un mismo personaje (Jason Stackhouse) la toma y unas veces le sirve para una cosa y otras para otra.
Por otro lado, la serie es un auténtico culebrón y un show de culos y tetas. Jason con esta, Jason con la otra; Jason arriba, Jason abajo... Y, aunque supongo que son cosas del caché, me mata que en una serie se vea a una tía completamente desnuda (véase Maudette Pickens) y luego a la prota se le escondan las escenas de sexo con un tupido en negro o con una sábana que le tapa hasta el pecho.

Puedo llegar a entender todo lo mencionado porque siempre hay que enganchar con algo al espectador. Reconozco que a mí lo que me enganchó fue el triángulo (o cuadrángulo) tremendamente facilón entre Sookie, Bill, Sam Merlotte y Tara Thornton. A otros les engancharía lo de chupar sangre y dormir durante el día o el show de culos y tetas.

Pero lo que me motivó a ver la serie fue el nuevo concepto de vampiro que parecía presentar el primer capítulo.
El vampiro como un ser aislado, deprimido. Un ser que ha vivido más años de los que le corresponderían a un humano por naturaleza y que, estando de vuelta de todo, está hastiado de la gente y de lo que le rodea.
Por otro lado, una chica que tiene la capacidad de leer el pensamiento y encuentra a alguien a quien no puede leérselo y, lógicamente, encuentra en él un gran atractivo. Porque por mucho que digamos “ojalá pudiera leerle el pensamiento”, seguramente no lo soportaríamos. Así, entabla con él una relación basada en la confianza ciega de verdad, porque con el resto de personas no se trata de confianza sino de ver lo que piensan los demás, tal cual.
Además, aparece lo que llaman “true blood”, un producto sintético que permite a los vampiros alimentarse sin necesidad de desangrar a los humanos. Esta es la llave para que los vampiros puedan entrar en la sociedad, comprando su comida en el super, y vivir más o menos “normalizados”. Existe en la serie una asociación que se dedica a promover los derechos de los vampiros, pidiendo que se les dé, por ejemplo, derecho a voto. Puede parecer absurdo el planteamiento, pero esto lleva a pensar por qué se localiza la acción en el estado de Luisiana y por qué hay un personaje negro, Tara, que constantemente se dedica a recordar a los blancos su condición de distinta, de heredera de la tradición de los esclavos. Se dicen muchas frases que se pueden extrapolar perfectamente a siglos antes y a los habitantes negros de los EE.UU.: “No son como nosotros” o “No deberían tener los mismos derechos que nosotros”. Creo que es una forma de hacer más razonable la premisa de que los vampiros tienen el derecho a vivir en sociedad con los humanos.

Desafortunadamente, la serie cae y cae hasta llegar a una caída en picado que se estrella en el último capítulo de la primera temporada. Aquí quiero pensar que en “The Southern Vampire Mysteries”, si es que la historia que se refleja en la serie se ajusta a los libros de Charlaine Harris, se da una solución al misterio de los asesinatos que tienen lugar en el pueblo bastante más elaborada.

Pero no es sólo el argumento.
Es el personaje de Eric y “la banda de los vampiros guays”. Un vampiro al que todos deben obedecer por ser el sheriff de la zona... ¿Dónde queda la asociación pro-vampiros? ¿Dónde quedan los vampiros más humanizados que quieren pasar desapercibidos en la sociedad y que no se les vea como monstruos? No, aquí se nos presenta a un cara de bobo y a tres energúmenos que desangran humanos como si fuera aquello San Martín.
Es el pueblo en sí, ese grupo de pueblerinos (“No os queremos de aquí”, “Fuera de mi bar”, etc.) con poderes paranormales. Demonios, cambiantes... Me imagino Stars Hollow plagado de vampiros, licántropos y hombres-polilla.

¿Y qué decir de la interpretación de Anna Paquin? Pésima. Una cara de alelada continua, cuando, creo yo, debería ser más avispada por el hecho de saber lo que piensa la gente y cómo piensa la gente. Pero no. Ella se tiende en su tumbona ataviada cual Lolita y luego se salta unos cordones policiales para llenar de huellas un escenario de un crimen del que podría ser sospechosa.

Y, lo último, que después de ese primer capítulo, poco nos aportan los demás. Ni al mito del vampiro ni a construir la idea que se esboza en el piloto. Esa idea aproximada que nos da es toda la idea que hay.
Como he leído en
otro blog:
Nos dejan caer toda la historia como si tiraran piedras, y allí te las den todas.


'True Blood' es lo mejor y lo peor, lo más y lo menos, el éxtasis y la arcada, oro y caca. Posiblemente lo único en lo que estaremos todos de acuerdo es en afirmar que 'True Blood' es diferente y rara. Es 'Embrujadas' y 'Twin Peaks', 'Medianoche en el Jardín del Bien y el Mal' y 'Jóvenes Ocultos'. Pasa de lo sublime a lo ridículo en cuestión de segundos. Es capaz de enganchar una secuencia cómica, con otra dramática y luego encadenar seguidas una de terror, otra de sexo, otra paródica y títulos de crédito a ritmo de country. ¿Esquizofrenia? ¿Arte? ¿El último timo televisivo?”

Qué pena que con lo único que me quede de la serie sea con la música de introducción...
Para “mejorar” (más si cabe) la serie, podían haber entonado esta cancioncilla:
Sangre cuajada de primera división, me voy al cementerio a hacer la digestión; mi casa es un castillo, mi cama un ataúd y mi mejor comida son las tripas con pus.

2 comentarios:

rab ross dijo...

Solo he podido ver el primero, pero después de leer tu post, creo qu eme puedo ahorrar el resto de la temporada...jeje.

Gracias por el link!

Kruspex dijo...

Wola Noe,
Le estaba echando un ojo a tu blog y me animo a escribirte sobre este tema por dos razones:
a) He leido los libros que inspiran la serie
b) he visto las dos primeras temporadas de la serie.

En primer lugar el punto "a". Resulta que el libro es mucho más enriquecedor que la serie.
Los personajes son mucho más coherentes y siguen una línea que en la serie ha sido trastocada para añadir más morbo y más de esas situaciones que atraen al espectador.
Sookie es menos moñas y más valiente y su hermano no tan estúpido, aunque si muy guarrete.

La relación entre Bill y Sookie es más liviana, quitando el hecho de que Sookie siempre sabe apaleada o magullada por adentrarse en el mundo de lo sobrenatural. Y el vampiro Eric es mucho más destructivo y sórdido en los libros que en la serie.

A mí si me gustan los vampiros, o ese mundillo y recomiendo más leer la saga de libros (que son 9 aunque solo hay 4 en castellano) que la serie.

El punto "b": la serie.
Bueno, pues lo que decía. Sin haber leído los libros puede que sea más atrayente que habiéndolos leído.
De todas formas, como bien dices, el capítulo piloto mezcla todo lo necesario para que triunfe y tenga mucha audiencia. Después se va difuminando ese efecto.
Personajes como el de Tara (que en el libro no existe) son demasiado extremos con su relación con su madre (que tambien es inventada) y si veis más adelante, veréis que Jason se echa una novia autodestructiva para convertirlo todo en más extremo todavía (que en los libros, ni por asomo)

Yo voy por la segunda temporada y lo cierto es que me entretiene. Creo que es porque la saga Crepusculo me hizo renegar del genero y ver vísceras, sangre ys exo entre vampiros me ha devuelto la ilusión (sin que suene asqueroso claro)

Un saludico.